“El que ama, se hace humilde. Aquellos que aman, por decirlo de alguna manera, renuncian a una parte de su narcisismo.” (Sigmund Freud)
En la maravillosa obra “El Principito”, su personaje principal le deja saber constantemente a su amiguito que lo importante de la vida no es aquello vemos, sino lo que no podemos ver. Recientemente una de mis amadas primas me hizo llegar un video de Facundo Cabral realmente impresionante. En el mismo la entrevistadora le pregunta acerca de que es la verdad y que la mentira. Y en resumen Facundo le responde de esta forma;
“la gente no creen en la verdad porque son incrédulos. Porque a todo le están buscando una explicación científica, y muy probablemente descubriremos cuando ocurrió con certeza el “Big Bang” pero difícilmente quien lo provoco. La gente no cree en que tenemos alma, porque posiblemente han analizado cientos de cadáveres y en ninguno se encontró rastros de algo que pareciera el alma de ese ser. Sobre este tema en una ocasión Pasteur dijo y cito; “entonces, cuando su madre muera, pártala en mil pedazos he intente encontrar una solo pedazo del amor que ella tuvo por usted.”
Tristemente nos hemos convertido en seres que solo creemos en aquello que podemos ver o probar su existencia científicamente. Hemos ido perdiendo poco a poco esa maravillosa capacidad de ver más allá de lo que nuestros ojos físicos puedan ver. Estamos dejando de creer en el amor, porque ya no decimos te amo mirándonos a los ojos. Hoy lo que está de moda es enviarnos mensajes electrónicos por cualquier red existente. Hemos dejado que los adelantos tecnológicos, que son como dicen un querido amigo, “supremamente importantes”, hayan ido desplazando las buenas costumbres de demostración de amor que practicábamos en el pasado. Pero el amor, sigue siendo eso que no se ve, sino que se siente. Amar es besar con los ojos cerrados, porque para creer en tu amor, no necesito verlo, si cada célula de mi cuerpo experimenta esa increíble sensación de sentirme amado.
Y así, de la misma forma que hemos ido perdiendo nuestra fe en el amor, de esa misma forma hemos ido perdiéndole el sentido y el respeto por la vida. No respetamos la vida de otros porque simplemente no respetamos la nuestra. Y no respetamos la nuestra porque hemos permitido que entes externos determinen nuestras creencias y valores. Hemos hecho de las enseñanzas de otros nuestra base para construir nuestras vidas. Se nos ha olvidado por completo el derecho inalienable del libre albedrio. Porque hemos confundido la libertad con el libertinaje y hemos entendido que en realidad somos los dueños de la vida de otros.
Pero desde mi humilde perspectiva, hemos perdido la fe en el amor, porque le hemos cambiado drásticamente la definición al amor. Sin rayar en ningún concepto dogmático y solo enfocado en el valor práctico de esta palabra, en el libro de la Biblia encontramos mi definición de amor;
“Tener amor es saber soportar; es ser bondadoso; es no tener envidia, ni ser presumido, ni orgulloso, ni grosero, ni egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, esperarlo todo, soportarlo todo.”
Tener amor es sufrirlo todo, es tener un nivel de empatía que me haga no solo comprender el dolor y la necesidad de mi prójimo, sufrirlo todo es levantar nuestra voz cuando somos testigos de un acto de injusticia, discrimen, menosprecio, abandono y rechazo. Sufrirlo todo es ponerme en el lugar del otro, es sentir en mí ser el dolor, la tristeza, la desesperación, la agonía y la frustración de aquellos a quienes se les violan sus derechos.
Tener amor es creerlo todo, es tener la madurez de confiar en nuestras capacidades y en la sabiduría impartida por el universo a nuestras vidas. Creerlo todo nos llevara a reafirmar la cita de Krishnamurti cuando dijo; “La religió de todos los hombres debería ser creer en sí mismos.” Tener amor es confiar en que lo que soñamos llegara, aun cuando las circunstancias actuales demuestren lo contrario. Creerlo todo es tener absoluta fe en que veremos cumplidos nuestros sueños y metas.
“El amor es la más fuerte de las pasiones, porque ataca al mismo tiempo a la cabeza, al cuerpo y al corazón.” (Voltaire)
Amor también es esperar todo, es no desmayar ante el tiempo que sigue pasando y no vemos nuestros sueños o metas cumplirse. El que ama espera pacientemente, confiado y seguro de que aquello que aun arde en su corazón llegara. Esperar es desarrollar la madurez de entender que para cada cosa hay un tiempo perfecto. Esperar es entender que como dice Lilly Goodman, cuando pasamos por las pruebas y por el desierto al final entenderemos lo necesario del trayecto. El que ama espera porque sabe que una fruta no puede ser arrancada de su árbol hasta que no esté lista para regalar su impactante sabor. Cuando se ama se aprende a esperar hasta el momento preciso para dar el siguiente paso.
El que ama, por ese amor todo lo soporta, y no hablamos de soportar humillaciones, malos tratos, desprecios, maltrato físico o psicológico. El que ama soporta todas las situaciones difíciles que se puedan presentar. Porque la fidelidad no se prueba en la bonanza, igual que el oro, el amor verdadero se prueba bajo el fuego. Cuando se ama, se soporta la llegada de una enfermedad y nos mantenemos firmes al lado del otro. Cuando se ama se soporta el dolor, la tristeza, la desesperanza, y la inseguridad del otro. Soportar todo en el amor, nos habla de un real compromiso, no de salir huyendo al más mínimo indicio de que se acerca una tormenta. Quien ama se convierte en nuestro escudo, nuestra roca, nuestra torre fuerte, nuestro estandarte, nuestro defensor, nuestro dador y nuestro guardador.
Hoy es un buen día para volver amar, hoy es un buen día para decirle al oído a esa persona que amas, cuán grande en realidad es tu amor por ella o por él. Hoy es un buen día para decidir pasar un tiempo de calidad con tus padres si aún los tienes aún vivos. Y si así no fuera, seria aun una buena oportunidad para sentarnos a meditar en todo lo que recibimos de ellos y agradecer al universo por su amor y su misericordia. Hoy es un buen día para invitar a un buen amigo o amiga a disfrutar de un buen almuerzo o una linda cena. Hoy es un buen día para comenzar a amarte más a ti, para quererte y respetarte. Hoy es un buen día para detener cualquier relación que no encaje con la definición de amar.
Hoy quiero aprovechar esta oportunidad para decirte gracias, a ti mi buen lector, por tu cariño, respeto, apoyo y amor por lo que escribo. Mientras me quede un soplo de vida, seguiré amando esta vida de forma intensa. Continuare amando a mi alma gemela, respetándole y apoyándole en toda jornada que quiera emprender. Mientras quede amor en mi yo seguiré compartiendo de todo lo bueno que se anide en mi corazón.
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