“La vida no es sino una continua sucesión de oportunidades para sobrevivir.” (GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ)
Cuando aceptamos la realidad de los cambios en nuestra vida, en ese momento damos paso a un proceso de desarrollo y transformación real. Si analizamos detenidamente nuestra existencia comprenderemos mejor que todo comenzó con la unión de dos células sexuales, que por su naturaleza optan por tomar lo mejor de ellas en su mitad y unirlo con lo mejor de la mitad de la otra célula. De ahí el surgimiento de la vida, que científicamente hablando se le conoce como el proceso de “crossing over”, donde ocurre el intercambio de material genético entre los parentales masculinos y femeninos. Dando paso a que los cromosomas homólogos se rompan y vuelvan a unirse para dar paso a la recombinación de los genes ligados.
Mis amados lectores, como he disfrutado escribiendo este párrafo anterior. Porque en él, intento sintetizar mi escrito en una sola oración, “somos cambio desde antes de comenzar a ser ni siquiera un embrión.” Así que mi querido y respetado amigo, es necesario entender que si nos mantenemos cerrados a la idea de cambio, de transformación, de evolución, entonces nos arriesgaremos a ser extinguidos. Esta es una de las razones principales de mi proyecto de MetamorphosisPR, promulgar hasta la saciedad que debemos estar dispuestos y disponibles a cambiar cuando así lo sea necesario y por las veces que así también lo sea.
Pero sin duda cambiar, transformarnos, evolucionar nos produce cierta incertidumbre. Y es algo totalmente aceptable, porque es lógico tener miedo al futuro que aún no conocemos. Y es aquí donde tengo que hacer un alto, nosotros sentimos temor o miedo al futuro cuando no tenemos fe, y me explico. La fe por definición es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, registra la Biblia. Así que, cuando nosotros tenemos fe, no podemos darle paso al temor. Porque sabemos, que sabemos, que sabemos que eso en lo que estamos creyendo se ha de realizar.
Usted sabe ¿porque cuando besamos o abrazamos a la gente que amamos cerramos nuestros ojos? Porque tenemos la total y absoluta certeza de que estamos seguros en sus brazos, en otras palabras tenemos fe en ese amor. Y de eso es que se trata la vida, de desarrollar la capacidad de confiar que cuando el universo nos da las señales de que es tiempo de cambiar, de transformarnos o de evolucionar, debemos movemos en fe hacia ese cambio y punto. El pasar mucho tiempo en un lugar desarrolla en nosotros un sentido de seguridad, de pertenencia, de tranquilidad y de comodidad.
Pero esta última, la comodidad, en ocasiones se convierte en quien presidirá el equipo a cargo de la resistencia ante los cambios que nos exige la vida. Hacer las cosas siempre de la misma manera no es sinónimo de que lo hayamos estado haciendo correctamente. Por otra parte, podríamos haberlo estado haciendo correctamente bajos ciertas y determinadas circunstancias, pero bajo las circunstancias actuales ya no será correcto lo que fue correcto ayer.
“De vez en cuando vale la pena salirse del camino, sumergirse en un bosque. Encontrarás cosas que nunca habías visto.” (Alexander Graham Bell)
Les voy a compartir una experiencia que escuche en una oficina en la que me encontraba recientemente. Ustedes saben que para los que amamos escribir, de cada esquina, de cada rincón, o de cualquier cosa que nos suceda tomamos una idea y damos paso a una historia. Aquí les comparto la historia en mi estilo literario de Jose (nombre ficticio).
Jose se encontraba en un vehículo oficial de regreso a su residencia, porque en su empresa los empleados con vehículos oficiales asignados tienen el privilegio de utilizarlos para su uso personal. Era una tarde con alto pronóstico de lluvia, y mientras conducía de repente comenzó una lluvia terrible que prácticamente impedía que Jose pudiera ver hacia adelante. Pero dado que ya se encontraba a unos quince o veinte minutos de su residencia, Jose decidió continuar. Para él, solo era ese terreno que él conocía de mucho tiempo, y eso le hacía sentir seguro a pesar de tener algunos problemas de visibilidad. Pero aquella confianza y seguridad le jugarían una mala pasada.
La lluvia continúo incrementando y la visibilidad continuaba disminuyendo. De repente Jose llego a un lugar en el cual ya el nivel del agua había subido considerablemente. En frente tenía un vehículo cuyo conductor titubeaba por pasar la inundación. Pero al final decidió lanzarse y continúo el camino a pesar de la inundación. Jose que había pasado por ese mismo lugar en una infinidad de ocasiones y bajo esas mismas condiciones, ni siquiera lo pensó dos veces para seguir al conductor del auto de enfrente. Pero no llegaría muy lejos nuestro amigo Jose, porque unos pocos metros adelante el auto del conductor de enfrente se apagó y Jose quedo en medio de la inundación que seguía subiendo el nivel del agua.
Jose confiado totalmente en que en ocasiones anteriores con su vehículo personal había podido pasar un nivel de agua mayor, decidió pasar por el lado del vehículo varado. Para su sorpresa su vehículo oficial también se apagó y no quiso volver a encender. Así que, como resultado tuvo que llamar a su servicio en la carretera de la oficina, llevar el vehiculó a un centro de reparaciones autorizado por su agencia y finalmente el centro de reparaciones determino que el motor del vehículo se había inundado de agua totalmente y había provocado un daño cuya reparación costaría varios miles de dólares.
La historia que Jose le contaba a su amigo finalizo con la siguiente expresión que dio paso a este escrito. Jose le expreso lo siguiente y cito; “una reparación como esa de seguro me puede costar mi empleo de tanto años, pero estoy tranquilo porque en ocasiones cuando el universo entiende que es tiempo de movernos, si no lo hacemos por nosotros mismos, él se encarga de crear las circunstancias perfectas para provocar un cambio, una transformación y hasta un proceso de evolución mental.”
“Lo más difícil de aprender en la vida es qué puente hay que cruzar y qué puente hay que quemar.” (BERTRAND RUSSEL)
Mi querido amigo la confianza que en ocasiones desarrollamos como resultado de un largo periodo de tiempo haciendo las cosas de una misma forma, o a travesando por un mismo lugar, o trabajando para una misma empresa por largo tiempo, en ocasiones nos puede jugar una mala pasada. Pero la actitud de Jose, demuestra tres grandes lecciones.
En primer lugar que el hecho de que estemos haciendo lo mismo de la misma forma toda una vida, no es evidencia suficiente para demostrar que lo habíamos estado haciendo bien todo el tiempo. La costumbre nos limita nuestra capacidad de innovación. Dar por sentado algo, nos priva de la oportunidad de desarrollar una capacidad de pensamiento crítico. Las costumbres solo hacen que los pueblos repitan una y otra vez los mismos errores. Por el contrario las convicciones nos permiten tener la seguridad y la confianza puesta sobre algo o alguien. Cuando hablamos de gente con convicciones nos referimos a esa persona que sabe que lo que se propone, puede lograrlo. Ya sea porque crea en una deidad que le otorgue sus deseos, o preferiblemente porque crea en sus propias capacidades de lograrlo.
En segundo lugar y como dice ese famoso refrán “la curiosidad mato al gato”, y yo le añadiría “la confianza y la curiosidad matan a cualquier gato.” Sin duda alguna Jose dejo de lado su capacidad de análisis crítico y simplemente confió en que si en otras ocasiones lo había logrado en esta también lo lograría. Cada circunstancia en la vida tiene su peculiaridad, cada momento que atravesamos tiene su toque especial, y cada experiencia de vida merece ser analizada en su justa perspectiva.
No podemos dar por sentado algo en el futuro con base en lo que ocurrió en el pasado. Y sobre todas las cosas, las personas emocionalmente inteligentes necesitamos probar que si lo somos. Haciendo uso de nuestra capacidad de auto conciencia, auto regulación y auto motivación necesitamos demostrar que nosotros somos los administradores de nuestras emociones y no lo contrario, que son nuestras emociones las que nos hacen tomar decisiones erradas.
Y por último pero no menos importante, una de los cuatro principios de la espiritualidad Hindú establece que; “Lo que sucede es la única cosa que podría haber sucedido.” Por lo cual nuestra respuesta ante cada evento en la vida debe ser de aprendizaje y crecimiento. El desarrollo humano, el cambio en el hombre, su transformación y su proceso evolutivo están cimentados en nuestra capacidad de reconocer cuando el universo está conspirando para hacernos entender que hay una necesidad de cambio.
“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad.” (VICTOR HUGO)
La experiencia de vida de Jose debe enseñarle que confiar absolutamente en la forma en que hacemos las cosas siempre no es una buena idea. Jose debe aprender que en ocasiones, seguir a otros en el camino nos podría hacer inundar nuestra vida de ideas, conceptos y pensamientos que no tienen por qué estar alineados a mi desarrollo. Jose sin duda debe haber aprendido que en la vida de repente nos sobrevienen fuertes lluvias que nublan nuestra visión hacia al futuro, y que en esos momentos es preferible detenernos, movernos a un lugar seguro y esperar que pase la tormenta, porque de seguro el sol volverá a salir y nos guiara a un destino seguro.
No sé si Jose habrá logrado aprender lo necesario, pero ¿tú que has aprendido durante todos tus procesos de cambio, transformación y evolución?
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