¡Como las Flores!

“Cuando naces como una flor de loto, sé una hermosa flor de loto, no intentes ser una flor de magnolia. Si anhelas la aceptación y el reconocimiento, y tratas de cambiarte a ti mismo para adaptarte a lo que otras personas quieren que seas, sufrirás toda tu vida.” (Nhat Hanh)
Sin lugar a dudas muchos de nosotros en algún momento hemos al menos intentado ocultar algo de nuestra vida por temor al qué dirán. Hoy quiero hablar acerca de la absurda idea de ocultar esas cosas que nos harán diferente ante los demás. Quisiera hablar acerca de las terribles consecuencias del intentar fingir ser quienes no somos solo por lograr ser aceptados por otros. Quiero hablar sobre todo lo que podemos alcanzar con solo reconocer, aceptar y defender el ser diferentes, especiales, raros, o poco convencionales. Porque el mundo sería absolutamente aburrido si no existiera una enorme variedad de flores, para que cada cual escoja la que mejor vaya con quien es en realidad.
“Las flores son los hermosos jeroglíficos de la naturaleza con las que nos indica cuánto nos ama.” (Johann Wolfgang von Goethe)
Lamentablemente la industria de la belleza en su afán de vendernos de todo, han creado la supuesta imagen perfecta. Por tanto, un gran número de personas solo ven belleza y atractivo en cuerpos producidos en los gimnasios. Para muchos cualquiera que este fuera de forma, pierde de inmediato su atractivo. Eso me hace recordar uno de los tanto refrenes de mi adora abuela cuando me decía; “nene para el gusto los colores, y para la vida las flores”.
El universo a través de su perfecto plan no comete errores, somos tal y como la vida quería que fuéramos. Hoy las rubias quieren ser morenas, las morenas quieren ser pelirrojas, las de pelo lacio lo quieren riso y las que lo tienen riso, lo quieren chino. En realidad hemos puesto demasiada atención en los aspectos físicos y poco a poco nos hemos distanciado de lo que es realmente eterno en nuestra vida. Nuestro aspecto físico por ley natural se va deteriorando con el tiempo. Pero claro, sé que lo primero que vino a tu mente fue que, para eso existen las cirugías plásticas. Y sabes que, tienes toda la razón, solo que el que sabe, sabe, y cuando tiene un auto que fue alterado no tiene que encenderlo ni correrlo, con solo una mirada sabe que tiene algo que no es original.
Necesitamos volver a la vieja escuela, necesitamos entender que aquello que realmente debemos cultivar está en lo profundo de nuestro ser. En ocasiones usted está en algún lugar y conoce a alguien que evidentemente no cumple con los parámetros que hoy la sociedad dicta acerca de la belleza. Pero luego de tener una breve conversación descubre la nobleza de su alma y de inmediato aquel o aquella que parecía no tan atractiva o atractivo comienzan a verse diferente.
La realidad es que hoy muchos hemos caído en el juego de intentar ser quienes no somos, solo para lograr ser aceptados por otros. Esta práctica nos está llevando a serias y delicadas consecuencias, porque perder nuestra autenticidad solo provocara un desarrollo de una baja autoestima. Durante algún tiempo yo atravesé por esta experiencia, para pertenecer a ciertos grupos sociales intente fingir una personalidad totalmente aislada de mi realidad. Esto sin duda me llevo a sufrir de una seria depresión que me hiso alejarme de todo y de todos.
Siempre le agradeceré a una maravillosa amiga con quien un día me sincere y la que al parecer tatuó en mi alma esta frase; “nunca llegaras a ser lo quieres, si antes no aceptas y valoras quien eres en realidad.” Uno de los momentos más difíciles que vivimos es el enfrentarnos a quien somos. Muchas veces no somos lo que quisiéramos ser o como quisiéramos ser, pero sin lugar a dudas somos como las flores, hermosos jeroglíficos de la naturaleza con las que nos indica cuánto nos ama.
Somos criaturas perfectamente diseñadas por el arquitecto de todo el universo. Cada esquina, cada borde, cada plano y cada lugar de ti, han sido diseñados y construidos a la perfección. La confianza o seguridad en sí mismo descansa absolutamente en cuanto nos amamos. La imagen que proyectamos es solo el reflejo de cómo nos sentimos en lo profundo de nuestro ser. Me fascina escuchar a gente decir que alguien posiblemente no es la de mejor apariencia física, pero su personalidad le hace dueña o dueño de un encanto particular.