“De todos modos, he aprendido una cosa ahora. Sólo se puede realmente llegar a conocer a las personas cuando se ha tenido una buena pelea con ellas. Entonces, y sólo entonces, se puede juzgar su verdadero carácter.” (Tomado de El Diario de Ana Frank)
Sin lugar a dudas, una de las más grandes tragedias de la humanidad lo fue el genocidio judío como parte de la Segunda Guerra Mundial. Sobre este tema se han escrito infinidad de libros, novelas, etc. El tema del holocausto ha sido igualmente llevado en varias ocasiones a la pantalla grande y chica. Pero la realidad de lo que allí se vivió, posiblemente se quede muy por debajo de lo que se muestra y describe en todos los escritos. Personalmente es uno de los temas que trastoca hasta la más profunda fibra de mí ser. Es por esto que dos de mis temas favoritas son la resiliencia y la longanimidad, ambos discutidos en el post sabatino de la semana pasada. Si no lo has leído te dejo aquí el link para que accedas a “Una Tarde de abril”.
Como les he mencionado antes, el ambiente para poder desarrollar en nosotros la resiliencia y la longanimidad es sin duda la adversidad. Porque no podremos saber si somos capaces de sobrepasar una situación adversa y salir fortalecidos de ella, a menos que no hayamos vivido esa experiencia. Pero haber sobrevivido a una experiencia como la que vivo Ana Frank y toda su familia, eso mi querido lector fue algo totalmente diferente.
“El Diario de Ana Frank” constituye un conmovedor testimonio de ese tiempo de terror y persecuciones que vivieron los miembros de la familia Frank. Este diario fue dado a conocer por su padre Otto Frank quien fue el único sobreviviente de los ocho miembros de su familia. Tras más de dos años habiendo estado escondidos en la llamada casa de atrás de Ámsterdam, la familia Frank y otras cuatro personas fueron descubiertos y deportados a los campos de concentración.
Mirar la vida a través de los ojos de una joven como Ana Frank, es una poderosa enseñanza para todos. Seguir teniendo esperanzas después de haber sido todos arrancados de la vida normal, es cosa de gente con una sólida resiliencia. En sus relatos Ana planteaba tantos y tan delicados problemas, y al mismo tiempo narraba el desarrollo de la existencia cotidiana con tal sencillez, fuerza y verdad, que de cada una de sus páginas surge una increíble enseñanza de valor, coraje y esperanza.
Se necesitó de mucho valor, para vivir confinada en un espacio de unos pocos metros cuadrados junto a otras siete personas más por dos largos años. Mi amado lector sin valor no seremos capaces de superar el miedo paralizante que nos produce pensar en el frasco. Sin valor siempre veremos a nuestros retos de un tamaño superior. El gran Henry Ford dijo y cito;
“Uno de los mayores descubrimientos que hace un hombre, una de sus grandes sorpresas, es descubrir que puede hacer lo que temía que no pudiera hacer.”
Sin valor se nos hará difícil entender que somos capaces de alcanzar cosas que posiblemente pensábamos que nunca hubiésemos sido capaces de alcanzar. Como menciona la Dra. Marieli Ríos constantemente en sus tallares y en sus Facebook Live, “tomar la decisión de emprender es un proceso plagado de múltiples miedos”. El solo hecho de pensar que vamos a comenzar a trabajar con algo que no habíamos trabajado antes, nos produce un miedo enorme.
Algunos exponentes motivacionales suelen comunicar que usted y yo somos capaces de alcanzar todo lo que nos propongamos. Y desde cierta perspectiva tienen razón, porque usted y yo somos capaces de alcanzar todo aquello que este dentro de nuestras posibilidades actuales. A esto yo le llamo propuestas de metas realistas, no se puede pretender correr si antes haber aprendido a gatear y caminar.
Por eso amo esa maravillosa frase de Virgilio, el autor de la Eneida cuando dice y cito; “Quienes pueden, pueden porque creen que pueden.” Sin valor nosotros nunca creeremos que si podemos. Sin valor Ana Frank, su familia y los que le acompañaban nunca hubiesen podido permanecer presos en una habitación por dos largos años. Sin valor no será posible que comiences ese proyecto de transformación personal y profesional con el que llevas soñando hace tanto tiempo. Pero hoy es un buen día para comprender que si crees que puedes y te armas de ese valor que siempre ha estado dentro de ti, no solo podrás, sino que te sorprenderás de lo que alcanzaras al final. Solo para que comiences a perderle el miedo al miedo, te comparto una cita de la única mujer que ha ganado dos Premios Nobel de Ciencia en dos ramas diferentes. Marie Curie Premio Noble en Física y Premio Nobel en Química dijo y cito; “Nada en la vida debe ser temido, solamente comprendido. Ahora es el momento de comprender más para temer menos.”
Los relatos publicados por Otto Frank tomados del diario de su hija Ana, son evidencia del coraje que tuvieron todos para soportar no solo el encierro en la casa de atrás, sino también todo lo que tuvieron que atravesar en los campos de concentración. Si buscamos como se define la palabra coraje encontraremos que puede ser definido como; “la capacidad de enfrentarse a una situación que presente un peligro inminente, real o supuesto.” Pero como saben yo soy fanático de las etimologías de las palabras, y en el caso de coraje esta deriva del francés antiguo “coraje” compuesto por la raíz “cor” o “cour” que significa corazón. En otras palabras, coraje es aquel que “tiene fuerza o se esfuerza de corazón”.
Para lograr sobrepasar ese difícil momento que atraviesas necesitas coraje, para tomar la decisión de comenzar emprender necesitas coraje, para reconocer de lo que eres capaz y caminar con fe en pos de tus metas, necesitas coraje. Desde mi punto de vista la gente que alcanza el éxito es aquella que pone alma, vida y corazón en aquello que emprenden. Sin corazón, sin coraje, sin esa fuerza que nos hace enfrentarnos a una situación que pueda presentar un peligro inminente y en ocasiones hasta imaginario, usted y yo no podremos nunca alcanzar una meta por simple que esta parezca.
Es maravilloso como puede cambiar nuestra perspectiva cuando reconocemos que para alcanzar nuestros sueños y metas, solo necesitamos de valor y de coraje. Pero a estos dos poderosos conceptos necesitamos añadirle otro más. El que para mí es totalmente imprescindible, la esperanza. Una de las frases de Ana Frank que más profundo han calado en mi es la siguiente y cito;
” No quiero haber vivido en vano como la mayoría de la gente. Quiero ser útil o traer el disfrute de toda la gente, incluso a aquellos que nunca he conocido. Quiero seguir viviendo, incluso después de mi muerte.”
La esperanza es esa otra fuerza que junto al valor y al coraje pueden hacer que nosotros continuemos adelante sin desfallecer. Tener esperanza es tener fe, y tener fe es creer que aun cuando nuestros ojos físicos no puedan ver nuestro sueño hecho realidad, ese sueño ya fue concebido en el corazón del universo y ya viene de camino hacia nosotros.
Tener esperanza es tener la certeza de que cuando tomamos el valor de emprender y lo hacemos con coraje o sea poniéndole todo nuestro corazón en nuestra meta, sin lugar a dudas el universo se mantendrá a nuestro lado como nuestro más fiel aliado. La esperanza nos da la seguridad de que a pesar de las adversidades por las que tengamos que atravesar, los vientos de la vida llevaran siempre la barca de nuestros sueños a ese puerto seguro que anhelamos. La esperanza permitió que la tragedia en la vida de Ana Frank no fuera en vano. Es casi increíble que hoy después de tantos años de la muerte de una joven judía alemana llamada Ana Frank, su sueño de ser útil y de traer gozo o felicidad a otros aun para aquello que nunca conoció, se haya podido hacer realidad por medio de los relatos compartidos de su diario por parte de su padre. Sin lugar a dudas esta joven cumplió su sueño de seguir viviendo aun después de su muerte.
El Diario de Ana Frank, inmortalizo su vida, permitiendo hacer feliz a otros, y permitiendo darle esperanza a gente que hoy atraviesan momentos de crisis en sus vidas. En lo personal amo esta maravillosa historia, porque me habla de valor, de coraje y de esperanza. Cada mañana cuando despierto me digo que no importa lo que la vida nos traiga hoy, estamos más que dispuestos y disponibles a enfrentarnos a ella con mucho valor. Echando fuera todo temor y armándonos del más fuerte coraje para no desistir en nuestras metas. Cada mañana le pido al universo que me permita vivir lleno de la esperanza de saber que pese a lo difícil que pueda parecer el camino, al final siempre habrá alguien a quien abrazar.
“Cuando ya no somos capaces de cambiar una situación, nos encontramos ante el desafío de cambiarnos a nosotros mismos”. Víctor Frankl
Mi querido lector, yo soy un apasionado por el desarrollo del ser humano. Soy fiel creyente en que podemos ser capaces de alcanzar todo lo que nos propongamos alcanzar y que por supuesto este dentro de la realidad de nuestras posibilidades actuales. Pero igualmente creo que nosotros somos capaces de crear las circunstancias perfectas para hacer crecer en el bosque de nuestros sueños ese maravilloso trébol de cuatro hojas para la buena suerte. Y hablo de esa buena suerte que usted y yo podemos crear y que solo depende de nuestra capacidad interior. Para mí la suerte es tal y como la define Thomas Jefferson en su cita cuando dice; “Soy un gran creyente en la suerte, y me parece que cuanto más duro trabajo, más la tengo.”
Hoy no se cual pueda ser esa situación que te agobia y que te tiene paralizado de temor. Lo que si se es, que hoy es un excelente momento para comenzar. Tus sueños no se han desvanecido, solo esperan porque te armes de valor, coraje y esperanza. Lo demás lo trabajaras en el camino. Hoy es un buen momento para comenzar un proceso de transformación de vida, que te permita vivir en la mente de todos a los que puedas llegar a impactar.
Yo como siempre apuesto a ti, pero tú ¿crees que tienes lo que se necesita para alcanzar el éxito? Yo si lo creo, y cuando lo comprendas veras que puedes, simplemente porque crees que puedes.
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